Las empresas no tienen derecho a controlar de forma ilimitada los correos profesionales de sus empleados. Pueden controlar el correo interno, pero deben avisar previamente al interesado y deben tener un motivo concreto para hacerlo. Esto es lo que establece una sentencia emitida ayer por el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo. La sentencia es inapelable y sienta jurisprudencia para todos los países miembros de la Unión. El respeto a la privacidad de los correos profesionales está regulado de forma muy distinta en cada país europeo. En Rumanía, por ejemplo, se considera que la empresa tiene derecho a espiar todo lo que escriben y envían sus trabajadores. De ahí que el ingeniero Bogdan Mihail Barbulescu , de 38 años, fuera despedido en 2007 tras comprobarse que había utilizado el correo de la empresa para realizar comunicaciones privadas, lo que infringía el reglamento interno. Barbulescu consideró que se había violado su derecho a la privacid...
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